En este post, os vamos a explicar las propiedades de las naranjas.
Su consumo es de especial importancia ya que previenen: la anemia, alivian los dolores musculares y nos proporcionan una defensa frente los resfriados, ya que activa nuestras defensas naturales.
En una sola pieza, de tamaño medio, se proporciona toda la vitamina C que requiere nuestro cuerpo a diario.
¿Qué beneficios nos aportan las naranjas?
La naranja es una fuente notable de ácido fólico y la segunda fruta más rica en calcio.
Esta doble particularidad la convierte en un alimento de obligada presencia en la dieta de las mujeres embarazadas, los niños y las personas mayores.
Además, es el postre ideal; ya que después de una gran comida o cuando hay dificultad para digerir las grasa.
La naranja estimulará el vaciamiento de la vesícula biliar, añadiendo bilis, que es el líquido encargado de digerir las grasas en la circulación, disipa los gases, alivia los espasmos y combate el estreñimiento.
Es la fruta de invierno más rica en potasio, es por eso, que en el contexto de la dieta baja en sal, su ingesta es perfecta; ya que contribuye a mantener la tensión arterial en niveles equilibrados.
Gracias a su alto contenido en Vitamina C y en flavonoides, unos de los pigmentos antioxidantes presentes en las pieles blancas que protegen los gajos. El consumo regular de naranja ayudar a hacer que la sangre sea más fluida. Cuando prevenimos la formación de coágulos sanguíneos, se reduce el riesgo de sufrir infartos o derrames cerebrales.
¿Cómo es mejor, en zumo o entera?
Cuando ingerimos su zumo, los nutrientes de este cítrico, llegan a la sangre en pocos minutos. Por lo tanto, para un impulso rápido de energía, es la mejor opción.
En el resto de los casos, es mejor comerla entera para así beneficiarnos de su contenido en fibra y en flavonoides.