El pollo a la naranja es una comida de origen asiática, en la que usaremos unos muslos de pollo, aunque también podéis usar, pechugas de pollo, junto con una salsa elaborada con zumo de naranja.
Podemos acompañarlo con patatas cocidas o fritas, o arroz blanco.
Esta receta es muy sencilla y rápida de hacer, como todas las recetas que os mostramos en nuestra web.
En tan sólo 30 minutos, tendremos una sabrosa receta, que gustará a todos, además, si tenéis invitados en casa, quedaréis de maravilla.
Ingredientes (2 personas)
- 4 muslos de pollo
- ½ cebolla
- 1 diente de ajo
- Pimentón picante
- 100 ml de agua caliente
- 1 pastilla de caldo concentrado de pollo
- 1 hoja de laurel
- 150 ml de zumo de naranja
- Sal
- Pimienta negra
- Albahaca
- Aceite de oliva
Preparación del pollo a la naranja
En primer lugar, pelaremos y rallaremos la cebolla y el ajo, y los reservaremos.
Pondremos una cazuela al fuego con un chorrito de aceite, cuando esté caliente, añadiremos los muslos de pollo, previamente salpimentados y dejaremos que se vayan dorando por todos los lados. Cuando estén, los retiraremos y reservaremos.
En la misma cazuela, agregaremos la cebolla y el ajo, dejaremos que se vayan pochando e incorporaremos el pimentón y removeremos enseguida, para que no se queme.
A continuación, agregaremos el agua, la pastilla de caldo concentrado, previamente desmenuzada, la hoja de laurel y removeremos bien.
Incorporaremos los muslos de pollo, que teníamos reservados, junto con el zumo de naranja y la albahaca y dejaremos cocer a fuego bajo, hasta que el pollo esté tierno y la salsa se haya espesado.
Os aconsejamos que probéis su sabor, para que podáis rectificar el punto de sal o añadir más agua, en el caso que fuera necesario.
Transcurrido este tiempo, ya tendremos preparado nuestro pollo a la naranja listo para degustar.
Lo podemos dejar preparado de un día para otro, ya que su sabor se hará más intenso y la salsa estará más espesa.
No os olvidéis el pan, para mojar en la salsa. ¡Buen provecho!
Beneficios de la carne de Pollo
La carne de pollo, es una de las más recomendadas para incorporar proteínas y nutrientes a nuestro organismo. Es ideal para preparar comidas completas para toda la familia; además, si se consume sin piel, tiene un bajo contenido en grasas.
- Tiene una importante cantidad de proteínas, con un alto valor biológico.
- Vitaminas, aporta una gran cantidad de vitamina B concretamente, gracias a la cual nos ofrece protección en nuestro sistema nervioso e interviene en el metabolismo que provee de energía el cuerpo.
- Minerales, como: hierro, que interviene en la formación de los glóbulos rojos, el transporte de oxígeno; fósforo, esencial en la formación de los huesos; potasio, esencial para la contracción muscular y el correcto funcionamiento del corazón y Zinc, que mejora el sistema inmunitario.
- Este tipo de carne, contiene muy poco colesterol, excepto si lo coméis con piel; de este modo, tiene un mayor contenido en grasas y colesterol.
Podemos diferenciar varias partes:
- La pechuga, sin piel, es la parte que contiene más o menos grasas y colesterol.
- Muslo, este parte, contiene menos propiedades, que la pechuga y el triple de grasa.
- Pata, contiene menos proteínas que la pechuga y el triple de grasa.
- Alas.
- Vísceras, contienen 5 veces más cantidad de grasa que el pollo, no obstante, proporcionan una gran cantidad de minerales y vitaminas.
Su digestión es muy sencilla y es muy bien tolerado por quienes sufren trastornos digestivos, ya que el tejido conjuntivo que lo conforma, es más fácil de desintegrar.
¡Espero que os haya sido de ayuda este post! ¡Os esperamos en el siguiente!
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