Gazpacho de cerezas

La receta que os traemos en esta ocasión: Gazpacho de cerezas ¡es deliciosa!

Si eres un enamorado de gazpacho, tienes que probarla, si o si. Cuando empieza la temporada de las cerezas, es la ocasión perfecta, para que aproveches y si no lo has probado aún, te animes a preparar este rico plato, muy sencillo de preparar.

¡Su excelente sabor, te dejará enamorado!…seguro, repetirás.

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Ingredientes para el gazpacho de cerezas (1 litro)

• 1 kilo de tomate maduro a ser posible gazpachero
• 50 gr de cebolla
• 30 gr de pimiento verde
• 100 gr de miga de pan picado en trocitos pequeños
• 1 diente de ajo sin el germen
• 100 ml de aceite de oliva
• 30 ml de vinagre
• 250 gr de cerezas picotas maduras sin el hueso
• Sal al gusto
• Agua (la cantidad necesaria para conseguir el espesor que más nos guste).

Preparación del gazpacho de cerezas

Empezaremos, lavando y picando en trozos pequeños los tomates, cuando los tengamos cortados, los reservaremos en un recipiente.

Lavaremos y picaremos el pimiento, desechando el tallo y las semillas. Cuando lo tengamos, lo añadiremos al mismo recipiente en el que tenemos los tomates.

Incorporaremos las cerezas, previamente lavadas y deshuesadas.

A continuación, pelaremos y picaremos la cebolla y el ajo y los incorporaremos.

Añadiremos la miga de pan, el aceite, el vinagre y la sal, a nuestro gusto.

Removeremos todo bien, para que se integren todos los ingredientes, taparemos con papel film y reservaremos en la nevera durante un par de horas, para que se macere.

Retiraremos de la nevera, y trituraremos la mezcla, con la ayuda de la batidora o minipimer.

Cuando tengamos todos los ingredientes triturados, colaremos la mezcla, para que no queden restos ni de piel ni pepitas, del tomate, ni de las cerezas.

Si vemos, que queda demasiado espeso, añadiremos un poco de agua y rectificaremos el punto de sal, hasta que consigamos la textura que más nos guste.

Reservaremos en la nevera hasta el momento de servir, para que esté bien frío.

En nuestro caso, no hemos necesitado añadir agua, ya que queda suficientemente líquido.

En el momento de servir, podemos adornarlo con unas cerezas y unas gotas de aceite de oliva.

Propiedades de las cerezas

Esta fruta es un tesoro de la naturaleza, a parte de embellecer nuestra piel y protegerla, nos aporta muchos beneficios a nuestra salud.

Es un fruto procedente de Asia Menor, y pertenece a la familia Prunus, como: el melocotón, albaricoque y la ciruela.

Consumir su pulpa sabrosa, jugosa y refrescante o el zumo de este pequeño fruto, resulta muy beneficioso para la salud de las personas, que están afectadas por la artritis.

Beneficios de las cerezas

La cereza es rica en hidratos de carbono, fructuosa y su valor calórico es moderado.

Aporta cantidades significativas de fibra, que mejora nuestro tránsito intestinal y también podemos encontrar, pequeñas cantidades de betacarotenosy vitamina C.

Destacamos su contenido en flavonoides y antocianos, sustancias que están relacionados con el color característico de esta maravillosa fruta.

El ácido elágico, tiene una acción antioxidante y antiséptica, que nos ayuda a combatir infecciones.

También contiene potasio, mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio del agua dentro y fuera de las células.

Debido a su contenido en esta sustancia, el consumo de este fruto debe ser moderado, en casos de insuficiencia renal.

No obstante, gracias a su contenido en agua, posee un efecto diurético beneficioso en caso de hiperuricemia o gota y litiasis o cálculos renales, hipertensión arterial u otras enfermedades asociadas con la retención de líquidos.

Su alto contenido en fibra, nos proporciona propiedades laxantes, que previenen y mejoran el estreñimiento, contribuyen a reducir las tasas de colesterol en sangre y el buen control de la glucemia.

Existen determinadas situaciones, que provocan un aumento de producción de radicales libres; por este motivo, las sustancias antioxidantes que contienen, pueden bloquear los radicales libres, que modifican el “colesterol malo” (HDL), por lo tanto, contribuyen a reducir el riesgo cardiovascular y cerebrovascular.

¿Cómo consumirlas?

Podemos consumirlas tanto frescas, en postres o en tartas, mousses, como sorbetes; o bien, confitadas o como relleno de bombones.